Jorge Elías Adoum

 

El Dr. Jorge Elías Adoum, conocido como Mago Jefa, Nació el 10 de marzo de 1897 en la propiedad agrícola de su padre, Francisco Adum, en Kafr-Shbeil muy cerca de Biblos, Líbano, y perteneció a una familia católico-maronita. Todavía en el Líbano, comenzó su educación superior (y allí comenzó el proceso de su Iniciación en las Escuelas Ocultas), y las terminó en Lyon-Francia, se graduó en Medicina. Sufrió en el Líbano los horrores de la guerra de 1914, cuyos relatos se encuentran en parte en su libro "Adonai".

Vivió gran parte de su vida en Ecuador, donde formó su familia.

Recorrió casi todos los países sudamericanos dando conferencias gratuitas, editando sus obras, haciendo el bien.

Ografía con que escribía su apellido (incluyendo una "o" entre la "d" y la "u") proviene de su pasaporte emitido por autoridades francesas, en cuyo idioma es indispensable escribir "Adoum" para que suene igual que "Adum" en español.

El seudónimo "Mago Jefa", que consiste en las iniciales de su nombre más el nombre bautismal de su padre según la costumbre de los árabes (Jorge Elias Francisco Adoum), nombre que identificó su posterior producción literaria.

Cuando algún amigo acudía a él en busca de salud, era incapaz de cobrar por el tratamiento. Aun, posteriormente, cuando tuvo autorización para ejercer, consideraba indigno recibir honorarios por curar enfermos, causando la natural irritación de su esposa, quien tenía que enfrentar las estrecheces económicas de un hogar de cinco hijos; por eso y mientras ejerció la Medicina, siempre se atuvo a la generosidad de sus pacientes sin pedirles jamás un centavo.

Publicó una revista teosófica "Yo Soy", cuya circulación se producía en el exterior, siendo muy limitada su venta en el país. Ese año atendió al Jefe Supremo Ing. Federico Páez de la grave dolencia que éste sufría y fue recompensado con una autorización para poder ejercer libremente la Medicina en el Ecuador.

Entre las curaciones importantes que realizó está la de una señora llamada María de León, quien sufrió terribles ataques de asma durante muchos años, habiendo visitado a cuantos médicos conocía, sin resultado alguno. Adoum le dio un tratamiento de hipnosis y prescribió que a las cinco de la mañana caminara sin zapatos sobre el césped del parque El Ejido de Quito.

Hacia 1978 (43 años después) una revista médica de la Unión Soviética publicó que los médicos rusos estaban experimentando el tratamiento del asma, mediante marchas sobre el césped, en la madrugada, pues durante la noche, los rayos cósmicos, beneficiosos para los asmáticos, se acumulan en las hojas y pueden ser aprovechados por los pacientes antes de que el sol y el tránsito reduzcan su potencia.

Adoum jamás reveló cuál era la fuente donde aprendió ese tratamiento y tampoco vivió lo suficiente para poder leer el artículo mencionado.

A su hijo Wagner le curó la tiña, temido mal porque aun no se habían descubierto los antibióticos. A su hijo Handel, cuando tuvo terribles dolores de cabeza que desconcertaron a los médicos, desde Buenos Aires, por carta, sólo en base a los síntomas, le diagnosticó acertadamente envenenamiento tabacal.

Adoum jamás ejerció la medicina en otro país que no fuera Ecuador; sin embargo, cuando algún amigo le pedía consejo, se lo daba, aparentemente con éxito, porque siempre acudía algún amigo de su amigo, también en busca de consejo.
De esta manera propagando su renombre como médico acertado.

Para 1946 era una figura conocida en el continente sudamericano, en el campo esotérico. Recibió una invitación de Chile para que dictara algunas conferencias y allí aprovechó para publicar su nuevo libro "El Pueblo de las Mil y Una Noches" (1946) en un lugar donde su demanda era mucho mayor que en Ecuador. Su intención fue permanecer en Santiago por tres meses, pero sus compromisos jamás le dejaron regresar en otra condición que de visita a su familia. Volvió algunas veces hasta 1953, año en que murió su esposa.

Desde 1946 su existencia cambió totalmente y fue llena de satisfacciones personales en el campo espiritual y la admiración que sus discípulos tenían por él rebasa toda ponderación. La generosidad de éstos hizo que las estrecheces económicas que sufrió en Ecuador se superaran sin esfuerzo.

Vivía indistintamente entre Chile, Argentina y Brasil haciendo giras. Finalmente, en 1950, decidió establecerse en Río de Janeiro, desde donde visitaba otros países. La venta de sus libros se multiplicó y continúan siendo éxitos de librerías en América Latina.

En los años cincuenta, en vida suya, se constituyó en Brasil la "Comissáo Divulgadora das Obras do Dr. Adoum", cuya sede está aun en Santos Dumont, estado de Minas Gerais y se ocupa principalmente de la difusión de las enseñanzas y escritos de quien ha sido considerado un maestro en ese tipo de investigaciones.

En 1955 viajó a Buenos Aires y alguien cometió la indiscreción de dejar saber en qué hotel se alojaría. Se hospedó tranquilamente la noche de su llegada y a la mañana siguiente la policía acudió a su habitación a pedirle que dejara la ciudad a la brevedad posible. Le resultó totalmente incomprensible esa descortés actitud porque aun no se había enterado que el hall de hotel estaba lleno de gente en silla de ruedas, con muletas y caras demacradas, que querían visitar al Dr. Adoum por razones médicas; hecho que obligó a la administración a llamar a la policía.

Maestro de la FRA y de la Masonería, Dr. Jorge Adoum, Mago Jefa, nos ha legado una preciosa colección de obras iniciales, que tratan de las fuerzas internas que tiene el hombre, sin conocimiento de las cuales las tiene. Varias de sus obras descubren significados ocultos en las sagradas escrituras de todas las religiones, particularmente el cristianismo.

Ciudadano del mundo, servidor de la humanidad y consciente de su valor, prefirió vivir modestamente, sin buscar honores ni privilegios, sin querer destacarse ni insinuarse para obtener ventajas entre los hombres o en las Sociedades con las que convivía.

Dio libremente sin pedir, ni pretender que no pidió todo el tesoro de su conocimiento, fruto de sus largas y dolorosas experiencias.

Siguió y vivió el mismo "Camino" espinoso y difícil de los auténticos Iniciados y Adherentes; supo superar con heroísmo, abnegación y humildad consciente, las pruebas de la Iniciación Oculta, en la conquista del SABER, EL QUERER, EL ATREVIMIENTO Y EL SILENCIO.

Como Médico y Abogado, supo llevar a cabo su misión, sanando, aliviando y defendiendo a todos los que acudían a él, sin pedir recompensas ni aplausos. Vivió, luchó, cayó, resucitó, como todos los que vienen al mundo a cumplir un destino con elevación, dignidad y humildad.

En cuanto a sus características personales, era alto, grueso, muy esbelto, de caminar imponente y cuidadoso en el vestir. Su mirada, jamás inexpresiva, era penetrante e inspiraba temor o ternura, según quien fuera el interlocutor. Hablaba muy claramente, en voz nunca alta pero siempre claramente audible, de tono firme y seguro. Tanto el español como el francés lo hablaba casi sin acento, con mucha propiedad.

En sus conferencias, como siempre sucede, se hacían presente sus detractores; pero Adoum sabía emplear el humorismo con mucha agilidad para desviar la controversia hacia la carcajada. Nadie recuerda haber presenciado un altercado suyo con otra persona, lo que conduce a creer que tenía un gran poder de convicción o habilidad para encontrar soluciones de armonía. Gustaba polemizar con quienes no pensaban como él, más no intentaba imponer sus creencias. Al discutir con Adoum se tenía la impresión de que sólo trataba de conocer cómo eran los puntos de vista ajenos, por mera curiosidad.

Como padre fue severo y exigente, predominando ante sus ojos el cumplimiento del deber como principio fundamental de vida. De hecho, él fue exigente por igual consigo mismo y se auto concedía muy poco margen para distracciones, en un perenne estudiar desde la hora de levantarse hasta la de acostarse.

Solía madrugar y comenzaba el día con sus ejercicios respiratorios, de los cuales formaban parte ciertos sonidos de las cuerdas vocales, muchos de ellos con la boca cerrada, tenuemente emitidos, muy prolongados, que variaban de tonalidad.

Sus libros tratan de las fuerzas interiores que, sin conocer de poseerlas, tiene el hombre. Varias de sus obras descubren significados ocultos en las escrituras sagradas de todas las religiones, particularmente del Cristianismo. Según sus propias palabras el objetivo de las religiones es acelerar la evolución del hombre, pero es inútil revelar a todos las mismas enseñanzas, porque lo que puede ser ayuda para unos es incomprensible y perjudicial para otros; no obstante, mientras no consiga transformarse cada uno en su propia religión, el hombre continuará sintiendo la necesidad de un culto institucionalizado. Las religiones, dice, fueron dadas a los pueblos y deberían satisfacer las necesidades de cada uno de ellos porque, en caso contrario, no satisfarán a su evolución. Dice que todas las religiones tienen un origen común y que las divergencias entre ellas se deben a la diferencia de nivel del desenvolvimiento mental de sus adeptos.

En "Esta es la Masonería" analiza el contenido esotérico de la Masonería y los pasos que deben darse para lograr la superación y la maestría. Intentó escribir sobre los 33 grados pero la muerte lo sorprendió al concluir el noveno. "Del Sexo a la Divinidad" estudia la historia de los misterios de las religiones, el poder creador, la llave de los misterios y el principio puro de las religiones. "Yo Soy" es una colección de afirmaciones para lograr la auto superación. "Poderes", dentro de la misma línea, habla de las llaves del saber, del querer y del nuevo nacimiento. "Cosmogénesis" analiza la relación del espíritu con la naturaleza. "La Magia del Verbo" se ocupa del poder espiritual y científico de las palabras. "La Zarza de Oreb" es una introducción a los grandes misterios del cuerpo humano. "El Génesis Reconstruido" trata de la relación del hombre con las fuerzas cósmicas. "El Pueblo de las Mil y Una Noches" trata de las religiones de Oriente, con un profundo conocimiento de la historia de esos pueblos. Fue un hombre culto y conocía la situación del Medio Oriente.

El 4 de mayo de 1958 falleció en Petrópolis, Río de Janeiro a causa de un derrame cerebral y cumpliendo su voluntad está enterrado en la ciudad de Petrópolis, Brasil,  cumpliendo su testamento, donde lo recuerdan como "Jefa, La Venerable". Renació en el Mundo de la Luz Verdadera. La vida en el mundo era una chispa que siempre iluminaba y calentaba muchas mentes y corazones.

(Nota: De lo que parece el propio Jorge Adoum fue advertido por Issa de que su vida debía terminar de memoria, se puede leer en el libro "El Bautismo del Dolor").