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Las Estrellas de Seis y Cinco Puntas según los escritos de H. P. Blavatsky

 

Lectura inicial

"Has de saber, oh jefe de los Bharatas, que siempre que se produce algo, ya sea animado o inanimado, se debe a la unión del Kshetra y el Kshetrajna-cuerpo y el alma. Aquel que ve al Ser Supremo existiendo igualmente imperecedero en todas las cosas perecederas, ve en verdad. Percibiendo al mismo Señor presente en todo y en todas partes, no destruye su propia alma por el yo inferior, sino que se dirige al fin supremo. Aquel que ve que todas sus acciones son realizadas sólo por la naturaleza, y que el yo interior no es el actor, ve en verdad.

EL PROGRESO ESPIRITUAL - H. P. BLAVATSKY

 —¿Sigue la senda cuesta arriba todo lo que es ella? 
—Sí, hasta lo último.
—¿Durará el viaje todo- lo que- es el día?
—Desde el amanecer hasta la noche, amigo mío.

La glándula Pineal - H. P. Blavatsky


El cerebro es el órgano de la percepción física, y la percepción está localizada en el aura de la glándula pineal. Esta aura vibra en respuesta a todas las impresiones, pero en el hombre viviente, sólo puede sentirse y no percibirse.

LOS ANTECEDENTES OCULTOS DE LA EURITMIA

 

La práctica con las letras del alfabeto fue desarrollada por Johann Baptist Kerning, seudónimo de Johann Baptist Krebs. Krebs vivió entre 1774 y 1851, estudió teología católica en Constanza y Friburgo, pero luego eligió la carrera musical como cantante de ópera en la Stuttgarter Hofoper. Con el tiempo, también trabajó para la ópera como director y profesor de canto. Para el establecimiento de la logia "Wilhelm zur Aufgehenden Sonne", que fundó en Stuttgart, Krebs solicitó permiso al rey por carta, que le fue concedido. A través de él, muchos contactos del mundo del teatro se hicieron miembros de la logia.  

Krebs fue el gran maestro: este teólogo y locutor entendió la esencia de la masonería a través del enfoque místico.

Diferencia entre Alma (psychê) y Espíritu (nous) - H.P. BLAVATSKY

Carta publicada en The Spiritualist

Londres, 8 de febrero de 1878 (1)

 Señor,

 Permitan a una humilde Teósofa aparecer por primera vez en sus columnas, para decir unas pocas palabras en defensa de nuestras creencias. Veo en su número del 21 de diciembre último, uno de vuestros corresponsales, el señor J. Croucher, hace las siguientes afirmaciones muy audaces:

 “Si los Teósofos hubieran comprendido perfectamente la naturaleza del alma y del espíritu, y su relación con el cuerpo, ellos habrían sabido que una vez que el alma ha abandonado el cuerpo, no puede regresar. El espíritu puede partir, pero si parte el alma, parte para siempre.”

 Esto es tan ambiguo que, a menos que use el término “alma” para designar únicamente el principio vital, sólo puedo suponer que cae en el error común de llamar al cuerpo astral “espíritu”, y a la esencia inmortal “alma”. Nosotros, los Teósofos, como el coronel Olcott le ha dicho, lo hacemos al revés.

Bereshit. «Al principio, Dios hizo…»


Bereshit:
Con esta mágica palabra se inicia la lectura del Génesis, el primero de los cinco libros del Pentateuco o Antiguo Testamento. Investigando el real sentido etimológico del término, descubrimos el ignoto origen de la Creación, y las aportaciones del Zohar, la cábala o la esoterista Helena P. Blavatsky apuntan hacia nuevos horizontes de comprensión científica y cosmogónica.

Bereshit es la transcripción normalmente admitida –desde el punto de vista exotérico– de la primera palabra del Génesis, el primero de los cinco libros del Pentateuco o Torah (Biblia hebraica), o Antiguo Testamento según la versión cristiana. Bereshit significa «al principio».