El cerebro es el órgano de la percepción física, y la percepción está localizada en el aura de la glándula pineal. Esta aura vibra en respuesta a todas las impresiones, pero en el hombre viviente, sólo puede sentirse y no percibirse.
Durante el proceso del pensamiento, que se manifiesta en conciencia, vibra constantemente la luz de esta aura, y si un clarividente mira con el ojo espiritual, el cerebro de un hombre vivo, puede contar las siete escalas, los siete matices del tono más oscuro al más brillante.Si os dais o tocáis la mano, antes del toque vibra ya el aura de la glándula pineal con su correspondiente matiz.
La glándula pineal es para los ocultistas el ojo divino. Es el órgano principal de la espiritualidad en el cerebro humano la sede del genio, el mágico "sésamo" pronunciado por la purificada voluntad del místico que abre los canales de la Verdad para quien sabe cómo aprovecharla.
La ciencia esotérica enseña que la Mente, el Ego mental, no se une del todo al niño hasta los siete años de edad, antes de la cual, ningun niño es responsable, ni según la iglesia, ni segun los codigos legales. Ahora bien: el famoso anatómico Herman Wengel, observó en algunos miles de casos el extraño hecho de que, con rarísimas excepciones, la arenilla o concresión de color dorado (que hay en la glándula pineal) solo se encontraba en niños mayores de siete años. En los locos apenas hay arenilla , y en los idiotas falta por completo. Morgagny, Granding y Gum son los únicos fisiólogos verdaderamente sabios por ello, que han relacionado la arenilla pineal con la mentalidad, así, pues, basándonos en que los niños de corta edad los viejos decrépitos, los idiotas, los viciosos masturbadores no tienen casi arenilla, llegaremos inevitablemente a la conclusión de que ella está relacionada directamente con la mentalidad.