PALEOEPIGRAFÍA - Krumm Heller

PALEO (antiguo) y EPIGRAFÍA (ciencia dedicada al estudio de las inscripciones ya la interpretación de su clave). Por ello, en los estudios que estamos realizando no sólo nos interesan las Runas (sistema de escritura prehistórico) sino también los Lithos o Piedras con sus intrincadas inscripciones y los lugares donde se encuentran.

En España encontramos dólmenes, galerías, cuevas y también excavaciones, como, por ejemplo, la CUEVA del CERRO DE LOS SANTOS con sus grabados rupestres donde aparecen sacerdotisas nórdicas -que prueban, de forma fehaciente, que España también fue invadida por esta raza primitiva. . En esa misma cueva, base del estudio y libro abierto para cualquier investigación del género, lo más interesante y hasta curioso que encontramos son ciertas herraduras o figuras concretas que tienen esta forma aproximada.

Sin embargo, lo que más llama la atención es que estos mismos detalles o caracteres rúnicos se encuentran también en México, en el México prehistórico, donde hay miles de ellos, y a los que se han dado las más dispares explicaciones. Wirth ha tenido que rebatir todas estas afirmaciones y hacer entender que todo esto no era más que un ideograma, característico del movimiento del Sol durante el invierno. A este respecto sabemos que el Sol en su movimiento aparente durante el verano forma un gran arco y otro más pequeño en el solsticio de invierno, y superponiendo un arco sobre el otro se obtiene una especie de herradura laberíntica, a la que nos hemos referido anteriormente.

Estos mismos laberintos o jeroglíficos son los que expresaron los antiguos y primitivos pueblos de origen nórdico (alemanes, escandinavos) y que nos legaron en sus inscripciones rupestres.

Las inscripciones encontradas en España y América son idénticas a las de Finlandia y otros países del norte de Europa y, para nuestra sorpresa, también se encuentran en Cuba y Argentina. Las religiones posteriores se han encargado de plagiar estos grabados laberínticos y recordamos, por cierto, los que se encuentran en las paredes de la catedral de Chartres y de la Colegiata de San Quitín y otros muchos en España, que los historiadores creen tomados de motivos egipcios, griegos o romanos, cuando no es así.

Los estudios sobre la prehistoria han demostrado que todo esto proviene de la religión del Sol (base de la religión cristiana) que tenían los pueblos primitivos. El bastón o báculo que sirve de símbolo a los obispos ya era utilizado por los sacerdotes del Sol, y podemos ver que el que servía a QUETZALCOATL no era un bastón de pastor, como aseguran los católicos, sino un símbolo representativo del Poder que ya se conocía en esa época, porque cuando este Mesías mexicano existía, aún no se conocía el cristianismo, y mucho menos con su investidura romano-católica. Las figuras que hemos mencionado, a menudo simulando herraduras, se representan a menudo junto con pinturas de aves.

Para apreciar bien el tema, recomendamos a nuestros lectores que lean un resumen en la Enciclopedia Espassa, sobre el Cerro de Colorado en Argentina, donde aparece un ave que tiene esta curva de arco, herradura o báculo por cabeza. Leopoldo Lugones, el gran estudioso y poeta que investigó en esta cueva, describiéndola como prehistórica, encontró más de ciento cincuenta figuras del mismo tipo, casi todas blancas, imitando guerreros alados y algunos animales, entre ellos el extraño pájaro que acabamos de describir. Hemos visto figuras similares en Colombia, Facatativa y México, donde existen en verdadera profusión.

Conocemos los laberintos de Grecia, especialmente el relacionado con el Minotauro. Para eso, basta estudiar las leyendas, donde se advierte claramente que estos intrincados caminos no son más y no significan otra cosa que descripciones de la marcha solar. Muy bien, el arco más pequeño que describe al Sol al comienzo del invierno es la A del alfabeto rúnico. Es la runa A con la que todo empezó en su principio, y cuando Cristo dijo: YO SOY EL ALFA Y LA OMEGA (la primera y última letra del alfabeto griego), quiso decir que él era el principio y el fin del mundo solar. año. Lo más curioso, sin embargo, es que la última runa está representada por dos A unidas, ya que es una letra que simboliza el tiempo y es Odil o Vida y la central es Olin Mexicano o movimiento. También representa el secreto de la cuadratura del círculo y en él también está contenida la Magia de las vocales IEOUA (JEOVA) el ángel de nuestro sistema tierra, así llamado por los semitas.

Estamos seguros de que muchos de nuestros lectores nos escribirán cuando encuentren estas mismas inscripciones a las que nos hemos referido, ya sea como partes de otras o aisladas, y observarán que las runas tienen su Kabala, su magia especial, en la que reside la clave de todo el ocultismo.

HUIRACOCHA (ARNOLD KRUMM-HELLER)
EXTRAÍDO DE LA REVISTA GNOSE
AÑO - 1 N. XII
JULIO-1936 RIO DE JANEIRO-BRASIL