Sobre la serpiente - Fabre d'Olivet

 

 
א והַנָחָש הָָיה עָרום מִכֹל חַַית הַשֶָדה אֲֶשר עָָשה היוה אֱלִֹהי ם ויא מֶר

א לֶ־ה אָשִהָ אף כִֽי־אמ רַ אֱלֹהיִם לֹא תֹֽאכלְ ומִכֹל עֵץ ה גַ ןָֽ׃

Wa-Nahash haîah haroum mièchol haîah ha-sadeh âsher hashash YHVH-Elohim, wa-iâomer el-ha-Aïshah, aph èchîâmar Elohim loâ-thâoèhelou mi-èhol hetz hagan.

PALABRAS INICIÁTICAS

Para Giuseppe Cambareri.

La ley de Dios es la armonía. La ley del hombre, ponerse a tono conscientemente con la armonía del universo, venciendo en su naturaleza todo lo que es inarmónico… ésta o muy similar afirmación, escribe Hartman en uno de sus opúsculos sin que la chispa prenda en las almas inquisitivas… ¿por qué, lector hermano?