LOS DOCE SENTIDOS Y EL ZODIACO

 

Rudolf Steiner, creador de la Antroposofía, habló en sus famosas conferencias de doce sentidos. El movimiento por él iniciado lo ha relacionado con los signos zodiacales, pero sin fundamentar esa relación unívoca entre ambos. Este artículo trata de desentrañar el por qué de esa relación, dando inicio a una investigación sobre la verdadera y profunda vinculación entre los doce signos y los doce sentidos.

 INTRODUCCION

TWELFTH en inglés, DOZE en portugués, DODICE en italiano, Zwölf en alemán o simplemente DOCE en castellano: número que camina por la historia.

En el Antiguo Testamento, en el Éxodo son doce los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto: Jacob, Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad y Aser.

En el Nuevo Testamento, en San Mateo, Jesús llama a sus doce discípulos, para darles autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia: “Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.

La tradición narra que un día Buda llamó a todos los animales. Sin embargo sólo doce acudieron a su llamada y en este orden: la rata, el búfalo, el tigre, la liebre, el dragón, la serpiente, el caballo, el mono, el gallo, el perro y el cerdo.

A cada animal le otorgó un año, para que le pusieran su nombre. Así se forma el ciclo de doce años, según la astrología china. Los doce signos reciben así el nombre de doce animales y a cada animal le corresponde un año. Los astrólogos chinos creen, de esta manera, que cada doce años nace un tipo de hombres semejantes en carácter, además de que los hombres nacidos en el mismo año son similares. Doce son los signos del zodiaco que se mueven por el fuego, la tierra, el aire, el agua. Doce es la casa de Piscis pero también el final de la rueda, el recorrido de todo el zodiaco para volver a empezar , para el eterno retorno.

Bach, científico, bacteriólogo y médico descubrió remedios florales que llevan su nombre, partiendo de plantas silvestres, arbustos o árboles. La teoría se basa en la idea de que un estado de ánimo no armónico acompaña a todas las enfermedades y una condición mental negativa puede ser, de hecho la causa de la enfermedad. El trabajo de Bach se basaba en que la humanidad se compone de doce grupos o tipos perfectamente definidos, cada individuo pertenece a uno de esos grupos cuyos integrantes comparten signos distintivos y rasgos de precisos carácter, personalidad y temperamento.

Estos doce curadores se corresponden con doce estados de ánimo y los doce signos del zodíaco.

Los poliedros regulares: el tetraedro, el cubo, el icosaedro, el octaedro y el dodecaedro se llaman sólidos Platónicos por el papel que tiene en el diálogo de Platón (Timeo) en donde se pone de manifiesto la relación entre los cuatro primeros sólidos Platónicos y los cuatro elementos primarios. Del quinto poliedro regular, el dodecaedro, dice: Quedaban aún una sola y única combinación, el Dios se sirvió de ella para el Todo cuando esbozó su disposición final? El dodecaedro está asociado con el universo porque tiene doce caras, como los doce signos del Zodíaco.

En la antigüedad los campesinos debían buscar su calendario en el cielo...Cuando había luna llena, les era fácil advertir, por ejemplo, que la primera luna llena aparecía en los cuernos del Carnero, la segunda cerca de las Pléyades, la tercera cerca de los Gemelos, etc., y finalmente que la decimotercera volvía a salir en la primera constelación, los cuernos de Carnero. Así, la luna llena dividió todo el círculo en doce partes.

¿Por qué no entonces los doce sentidos?

 LOS DOCE SENTIDOS


R. Steiner nació en 1861, en una pequeña ciudad en los límites de Austria y Hungría. Es el creador del movimiento antroposófíco de carácter religioso filosófico que aglutina todas las disciplinas y actividades humanas. Los sentidos que él menciona son:

1. Sentido del tacto: Es aquel por cuyo intermedio el hombre se relaciona con la forma más materializada del mundo exterior. Chocamos constantemente con el mundo exterior y es nuestro sentido del tacto, distribuido por toda la piel, por el cual hacemos contacto de forma fuerte con el afuera. Tantear significa que nuestro interior responde al entrar en contacto con un objeto y así podemos penetrar en la esencia del objeto.

2. Sentido de la vida o vital: Es un sentido en el que no estamos acostumbrados a pensar, sólo lo percibimos cuando hay algún disturbio dentro del organismo. Pero generalmente no notamos la acción conjunta de todos los órganos que se manifiesta en el estado cotidiano de vigilia, como sentimiento de vida, como disposición vital; y no la notamos por considerarla un derecho adquirido. Se trata de un sentimiento que nos permea con un cierto bienestar, un sentimiento de vida.

3. Sentido del movimiento: No es la situación en que el hombre todo se mueve, sino a aquella donde el hombre mueve un brazo, o curva una pierna, cuando se habla y se mueve la laringe: esa percepción de movimiento interno, de cambio de posición de cada miembro, es percibida por el sentido del movimiento. Si se ejercitan los miembros locomotores, el sentido del movimiento se vuelve un órgano cada vez más sutil.

4. Sentido de equilibrio: Cuando sentimos mareo y caemos, nos desmayamos, es porque el sentido del equilibrio esta interrumpido, así como el sentido de la visión queda interrumpido cuando cerramos los ojos. El sentido del equilibrio permite al hombre orientarse como ser erecto en el espacio tridimensional. Es por medio del andar que el ser humano conquista el espacio físico a su alrededor.

5. Sentido del olfato: Con él entramos en relación con el mundo exterior, por su medio se penetra en la intimidad de otro ser. El vehículo del olor de una sustancia es el aire; la sustancia tiene que estar disuelta en el aire para poder olfatearla. En el hombre, los olores pueden provocar repulsión, o pueden producir sentimientos más sublimados.

6. Sentido del gusto: Aquí el hombre ya quiere tener un contacto mayor con el mundo exterior. Los niños, por naturaleza, ponen todo en su boca no sólo por poseer ahí una gran percepción táctil, sino también por el propio sabor en sí. Ahí esta la sabiduría. Para sentirnos a gusto, es preciso que la sustancia esté disuelta en un elemento fluido. Se habla muchas veces de personas ácidas o amargas, que tal niño es un dulce.

7. Sentido de la visión: Con él nos interiorizamos mucho más de las características del mundo exterior. Nos da la imagen de la superficie. La visión nos da la posibilidad de percibir los colores. Los colores son proporcionados por el reflejo de la luz en la superficie de los cuerpos. El ojo es nuestro verdadero pintor interno.

8. Sentido de térmico: Ya tenemos una relación muy íntima con el mundo exterior. Cuando tenemos la sensación de frío o calor en un objeto, vivimos intensamente esa relación con el objeto. Penetramos en el interior, cuando tomo un pedazo de hielo me convenzo de que no sólo su superficie es fría, sino también todo él por dentro. Podemos sentirlo físicamente, o anímicamente, cuando un ambiente cálido nos envuelve.

9. Sentido de la audición: El sonido nos revela más que el calor y mucho más que el sentido de la visión, muchas cosas de la configuración interna del exterior. Nos revela cuando el metal comienza a sonar, como él es en su interior. Cuando miro una cosa veo el color como límite de la superficie; pero cuando hago alguna cosa sonar, percibo, íntimamente el interior de aquello que está sonando.

10. Sentido del habla (o del lenguaje): Nosotros percibimos el sonido de la manera más íntima cuando éste adquiere un sentido, el de la palabra. Nuestro sentido del lenguaje tiene la capacidad de oscilar con los movimientos del habla, con las formas de los sonidos, con la articulación.

11. Sentido del pensar (o de concepto): Aquí llegamos a la verdadera percepción del pensamiento por detrás de la palabra. La relación con el ser que emite la palabra, para dentro de ese ser que ahí está pensando, de ese capaz de representaciones mentales, requiere un sentido más profundo que el mero sentido de la palabra, el sentido del pensar.

12. Sentido del YO ajeno: Cuando hablamos del sentido del Yo hablamos de la capacidad humana de percibir otro yo. Así como por medio de la visión percibimos lo oscuro o claro, los colores, también percibimos inmediatamente los otros yoes por medio del sentido del yo. Se trata de una relación sensorial con el otro yo. El verdadero Yo del otro es pocas veces vislumbrado por nosotros, apenas en aquellos momentos inolvidables de la vida, en los encuentros verdaderos, que nos proporcionan una percepción de eternidad y están profundamente relacionados con el destino.

LOS DOCE SENTIDOS Y LOS DOCE SIGNOS

El sentido del tacto y Aries:
Vinculado a la vivencia del propio cuerpo, tenemos el sentido del tacto, Aries, que nos da un alrededor, por él conocemos los cuerpos. Aries es quien toca, golpea, empuja el exterior, lo reconoce al tantear, al calcular aproximadamente. Son sinónimos de tacto: destreza, maña, habilidad, todas características del primer signo del zodiaco. Con Aries se percibe el cuerpo que hace presión, lo que obliga a que nuestra piel ceda o que tenga que hacer un esfuerzo mayor o menor para imprimir algo al cuerpo.

El sentido vital y Tauro:
Tauro es el contacto con la naturaleza, con la tierra y sus procesos, pero por sobre todas las cosas, Tauro nos vincula con los ritmos, los ritmos del afuera y los ritmos del adentro. Los ritmos son los que rigen nuestra vitalidad, nuestra vida, somos partes de ciclos, de procesos, siempre estamos en ellos. No tendríamos noción alguna de nuestro proceso vital si no tuviéramos el sentido interno de la vida. Tauro nos delimita, nos sustenta.

El sentido del movimiento y Géminis:

No hay nada en el zodiacoo que se mueva más que la energía geminiana, es el picoteo, es el mover insaciable, las experiencias, el actuar. Mover es hacer que un cuerpo ocupe un lugar distinto del que ocupa y esto es Géminis en su camino de cambios continuos. El sentido del movimiento está ligado a la libertad; por eso cuando no se activa, surgen depresiones y melancolía.

El sentido del equilibrio y Cáncer:
Es el órgano del equilibrio el que construye la casa canceriana, el que percibe el abajo, el arriba, la derecha y la izquierda. Es un verdadero matemático interno; es él quién calcula los espacios a su alrededor, y construye creando un adentro y un afuera. Es el que nos permite sentirnos parte del mundo, pertenecer, la palabra canceriana por excelencia. El sentido que se identifica con Cáncer es el estado de un cuerpo cuando se encuentran fuerzas opuestas y se logran equilibrar, es la estabilidad, el cuadrado, el símbolo de Cáncer. El sentido del equilibrio, Cáncer, es el que nos permite que nos coloquemos en el mundo de una manera determinada, sin caer, nos permite colocarnos en armonía con las fuerzas que están a nuestro alrededor, la percepción avanza mas allá del cuerpo y llega al espacio que lo contiene y envuelve.

El sentido del olfato y Leo:
Leo es el centro, lo primero que se nota, que se destaca, es lo imperceptible que nos hace darnos vuelta, es lo que se percibe sin tocar, sin mirar, sin paladear, es el olfato. El olfato también es perspicacia, astucia. Es el más fuerte de los sentidos, en cuanto a la forma en cómo invade nuestro ser, penetra

El sentido del gusto y Virgo:
El vínculo queda aquí claramente establecido cuando definimos el sentido del gusto, el saborear, el paladar como la sensibilidad para discernir, y esto es lo virginiano; disolver lo que debemos procesar para detectar los mínimos componentes.

El sentido de la visión y Libra:

La visión nos permite la contemplación, es la percepción directa sin percepción sensible, nos da colorido a la vida y al alma, y se relaciona profundamente con el sentir.

Polaridad Aries – Libra: Tacto y visión están muy ligados por la vivencia tanto de los colores como de la luz y la sombra de un objeto. Se reconoce al tacto mejor la forma de un objeto , su superficie, etc., con los ojos cerrados. El propio ser espiritual de cada individuo se revela por el equilibrio.

La interacción entre el sentido de la visión (Libra) y el movimiento (Géminis) se produce porque la visión involucra la participación del sistema muscular, cabeza, cuello, tronco).

El sentido del calor y Escorpio:
Bajo la influencia de este sentido y de Escorpio, nos apasionamos, el corazón se inflama, o adquiere características de frialdad e indiferencia. La vivencia escorpiana de los sentimientos hacen que ante la falta de amor nos tornemos fríos, duros; y ante el amor la temperatura logre disolvernos, unirnos con el otro.

Polaridad Tauro – Escorpio: La vitalidad y el calor de la vida, de la pasión, y de la enfermedad, la fiebre, la ausencia de temperatura de la frialdad, de la muerte. El eje donde la vida y la muerte se mueven, ahí donde todas las cosas se deterioran. La regeneración y el desgaste, la relación entre las fuerzas de la vida (crecimiento, regeneración) y de la muerte (conciencia, desgaste).

El sentido de la audición y Sagitario:
Primero el sonar, como el hacer ruido de una cosa es parte del festejo sagitariano. Pero también es la percepción del sonido, la vibración interna que conduce el aire hacia quien presta atención, hacia quien debe hacerse cargo de aquello de lo que le hablan, hacia el aprendizaje, hacia el conocimiento de Sagitario, que escucha para aprender y es escuchado para enseñar.

Polaridad Géminis – Sagitario: La música penetra en nuestro oído por el nervio auditivo del caracol. De un lado este recibe la impresión acústica de afuera, el sonido, por así decir, penetra en el alma, y de otro lado el sonido también puede proveer la ventana que liga al órgano auditivo a la laringe, órgano de fonación. La música agitada como el rock penetra todavía más profundamente en el cuerpo alcanzando los miembros. La persona no consigue quedarse sentada y escuchar, ella es llevada frenéticamente al movimiento. Oír la dirección de donde proviene un tono es parte del sentido del movimiento propio; vivenciar la distancia entre los objetos.

De fuego: Aries - Leo - Sagitario
La acción del tacto, del reconocimiento, del choque, oler lo que se reconoce, meterse dentro del objeto, oírlo, sentir su sonido interior. El fuego recorre con sus percepciones velozmente todo lo que nos rodea.

El sentido de la palabra y Capricornio:
El sentido se relaciona con el signo, básicamente, porque Capricornio es el signo más alto en la matriz del mandala zodiacal, el que finalmente concreta lo que va a salir para el afuera, el articulador de todo lo que sucedió en el camino, es el que expresa, y materializa lo que se piensa.

De Sagitario a Capricornio: Es una insensatez creer que la percepción de la palabra sea la misma cosa que la percepción del sonido. En el sonido percibimos el interior del mundo externo, pero ese interior del mundo externo se interioriza más cuando el sonido se transforma en una palabra plena de sentido. El sentido del lenguaje y de la palabra. Después de escucharla por la audición, vamos mas allá y la comprendemos Polaridad Cáncer- Capricornio: Lo que el hombre desenvuelve de manera palpable cuando aprende a andar, a ponerse de pie, es el gesto (en vez de manifestarse de modo más corpóreo se manifiesta de manera más anímica). El gesto sublima y torna más nítida lo que el habla quiere decir. El sentido del equilibrio experimenta su perfección artística en el gesto (se torna servidor de la palabra). Cuando una persona expresa su interior a través del gesto, utiliza la misma fuerza que antes uso para conquistar el sentido del equilibrio.

De tierra: Tauro - Virgo - Capricornio
La lentitud del reconocimiento de nuestra vida, de la vitalidad que nos acompaña, la sensación de diluir y discernir los sabores, el paladar, que gusta y se hace palabra, se expresa en la articulación de lo aprendido.

El sentido del pensar y Acuario:
Por su intermedio se percibe el pensamiento del otro, lo que está por detrás de él, o lo que está por detrás del pensamiento en sí. Es el relacionamiento más intimo con el mundo exterior, más allá de lo que nos brinda el sentido del pensar nos es dado por el sentido que nos posibilita sentirnos uno con otro ser. Existe una aproximación a la naturaleza de ese sentido, cuando popularmente se dice que alguien lee el pensamiento de otro, o cuando dos personas o más, tienen simultáneamente un mismo pensamiento.

Polaridad Leo – Acuario: En el proceso evolutivo del hombre, el nervio olfativo se fue degenerando en cuanto el cerebro frontal evolucionaba. Con eso se desenvolvió la facultad de formar conceptos, también como de percibirlos y comprenderlos. En épocas antiguas, oler y comprender era la misma cosa. Todavía hoy se dice que una persona “tiene un buen olfato” para algo; también metafóricamente, el detective tiene que “olfatear” una pista para llegar a sus conclusiones.

De aire: Géminis – Libra – Acuario:
Si miramos un círculo de color, recién vemos la forma circular cuando nos servimos del sentido del movimiento en nuestro subconsciente, es sólo ascendiendo al conocimiento que el círculo es captado por nuestro sentido del movimiento. La observación sutil capta la diferencia de ver colores y percibir formas. Pero lo observado recién es pensado, es entendido como concepto en Acuario.

El sentido del Yo y Piscis:
Piscis se identifica con el sentido del Yo por las sensaciones de comunión con el otro, el registrar al otro desde un nivel diferente, no perceptible, no visible, no palpable, que tiene como características la energía pisciana. Percibir plenamente al otro a través de este sentido y de esta energía es encontrarse con el amor en libertad, sin por qué, sin identificación, sin esperas, sin nada que condicione, es el amor abierto en una llanura que nos otorga la vibración especial pisciana.

Polaridad Virgo - Piscis: El niño permeado por todo, libre, sabio, probando todo por su gusto, por su paladar, abierto al otro, al adulto que queda abierto a ese niño a ese yo, que en el niño aparece limpio, claro.

De agua: Cáncer - Escorpio - Piscis
Es el equilibrio, la posibilidad de estar quieto, de estabilizar, del cuatro, de la forma, donde todo puede crecer en la sensación de lo térmico, en el calor necesario para la vida.

Autora:
ALICIA GUERRERO
Acasusso – Argentina

Bibliografía

1. Steiner, Rudolf; “Os Doze Sentidos e os Sete processos vitais” Textos escogidos. Editorial Antroposófica, Sn Pablo, 1999

2. Burkhard, Gudrun K, “As forcas zodiacais e sua atuacao na alma humana”, Associacao Beneficente Tobias, Sao Paulo, 1987

3. König, Karl, “O desenvolvimiento dos sentidos e a Expereinciea Corporal”, Sociedad Brasilierira de Médicos Antroposoficos, Sao Paulo, Enero 2000

4. Rudhyar, Dane; “Tríptico Astrológico”, Editora Pensamento, 1995, San Pablo.