Cada hombre contiene un Adán -fuente de la Voluntad- el cerebro; una Eva -fuente de la Inteligencia- es el corazón, y debe equilibrar el corazón por el cerebro y el cerebro por el corazón para transformarse en un centro de amor divino.
En la Humanidad, principio Realizador pasivo de Dios, en cuanto tal, el Padre y el Hijo Divinos se hallan representados por el hombre. El hombre ejerciendo las funciones de Dios el creador, es el PADRE; la mujer ejerciendo las funciones de Dios el conservador es la MADRE; en fin el AMOR HUMANO realiza la Divinidad total en la Humanidad. La familia humana es, por lo tanto, la representación de la divinidad sobre la tierra. Es precisamente lo que nos enseña el Tarot, mediante los arcanos menores (Rey o el padre, Dama o la madre, Caballero u hombre joven y Valet o niño). Es también lo que la ciencia antigua había comprendido, cuando establecía su organización entera sobre la fann1ia, en vez de hacerlo sobre el individuo, tal como ocurre en nuestros días.
Si la China venerable mantiene todavía en pie, desde hace muchos siglos, su organización social, es porque la fundamentó en la familia.
El ternario humano tiene como característica: Adán, la necesidad -imagen y reflejo de la voluntad y el poder-; Eva, la Libertad -imagen y reflejo de la inteligencia y de la autoridad- y Adán y Eva, la Caridad -imagen y reflejo del amor y de la Belleza- que aporta los términos constituitivos.
LA REALIZACION, LA JUSTICIA equilibrada por la Prudencia, revela la constitución moral del hombre, mientras que la LUZ ASTRAL POSITIVA (OD), la LUZ ASTRAL NEGATIVA (OB) y el FLUIDO ASTRAL EQUILIBRADO (AOUR) muestra el origen de su constitución física.
La potencia mágica, el Coraje y la Esperanza manifiestan las cualidades morales del hombre, mientras que la Fuerza en potencia de manifestación, la Vida reflejada y la Fuerza equilibrada indican la influencia del Universo en él.
Así, la ley que gobierna todas estas manifestaciones de Dios en la serie de sus creaciones es la Emanación del centro único pero insondable, emana a continuación una trinidad de principios absolutos, que servirá de modelo a todas las emanaciones posteriores del Ser principal. Cada uno de los elementos de esta trinidad se manifiesta por dos grandes emanaciones, las que son su fuente original; del primer principio o el Padre emana sucesivamente Adán y la Naturaleza creadora (naturante, según Spinoza); el segundo principio emana Eva y la Naturaleza naturada o receptriz; en fin el principio tercero o Espíritu Santo sirve de modelo a la constitucion idéntica de Adán-Eva o la Humanidad y el Universo.
Es así como el Ternario emanado de la Unidad misteriosa constituye a renglón seguido un Septenario formado por las diversas emanaciones de estos tres principios, tal como los siete colores de la gama luminosa formada por la combinación de los tres colores fundamentales, emanados ellos mismos de la única luz, y de las siete notas de la gama musical constituídas por la trinidad fundamental de los sonidos.
El Septenario, "formado por dos ternarios en el medio de los cuales se contiene la Unidad", (Sepher Jesirah), es, en consecuencia, la expresión cabal de un ser totalmente constituído. Es precisamente lo que demuestra la Teosofía hindú, mediante los siete principios del hombre y los siete prinicipios del universo.
Concluímos nuestro estudio sobre el hombre mostrando su constitución según el Tarot, el cual demuestra que su cuerpo viene del universo, su alma del plano astral y su espíritu de Dios.
En la Humanidad, principio Realizador pasivo de Dios, en cuanto tal, el Padre y el Hijo Divinos se hallan representados por el hombre. El hombre ejerciendo las funciones de Dios el creador, es el PADRE; la mujer ejerciendo las funciones de Dios el conservador es la MADRE; en fin el AMOR HUMANO realiza la Divinidad total en la Humanidad. La familia humana es, por lo tanto, la representación de la divinidad sobre la tierra. Es precisamente lo que nos enseña el Tarot, mediante los arcanos menores (Rey o el padre, Dama o la madre, Caballero u hombre joven y Valet o niño). Es también lo que la ciencia antigua había comprendido, cuando establecía su organización entera sobre la fann1ia, en vez de hacerlo sobre el individuo, tal como ocurre en nuestros días.
Si la China venerable mantiene todavía en pie, desde hace muchos siglos, su organización social, es porque la fundamentó en la familia.
El ternario humano tiene como característica: Adán, la necesidad -imagen y reflejo de la voluntad y el poder-; Eva, la Libertad -imagen y reflejo de la inteligencia y de la autoridad- y Adán y Eva, la Caridad -imagen y reflejo del amor y de la Belleza- que aporta los términos constituitivos.
LA REALIZACION, LA JUSTICIA equilibrada por la Prudencia, revela la constitución moral del hombre, mientras que la LUZ ASTRAL POSITIVA (OD), la LUZ ASTRAL NEGATIVA (OB) y el FLUIDO ASTRAL EQUILIBRADO (AOUR) muestra el origen de su constitución física.
La potencia mágica, el Coraje y la Esperanza manifiestan las cualidades morales del hombre, mientras que la Fuerza en potencia de manifestación, la Vida reflejada y la Fuerza equilibrada indican la influencia del Universo en él.
Así, la ley que gobierna todas estas manifestaciones de Dios en la serie de sus creaciones es la Emanación del centro único pero insondable, emana a continuación una trinidad de principios absolutos, que servirá de modelo a todas las emanaciones posteriores del Ser principal. Cada uno de los elementos de esta trinidad se manifiesta por dos grandes emanaciones, las que son su fuente original; del primer principio o el Padre emana sucesivamente Adán y la Naturaleza creadora (naturante, según Spinoza); el segundo principio emana Eva y la Naturaleza naturada o receptriz; en fin el principio tercero o Espíritu Santo sirve de modelo a la constitucion idéntica de Adán-Eva o la Humanidad y el Universo.
Es así como el Ternario emanado de la Unidad misteriosa constituye a renglón seguido un Septenario formado por las diversas emanaciones de estos tres principios, tal como los siete colores de la gama luminosa formada por la combinación de los tres colores fundamentales, emanados ellos mismos de la única luz, y de las siete notas de la gama musical constituídas por la trinidad fundamental de los sonidos.
El Septenario, "formado por dos ternarios en el medio de los cuales se contiene la Unidad", (Sepher Jesirah), es, en consecuencia, la expresión cabal de un ser totalmente constituído. Es precisamente lo que demuestra la Teosofía hindú, mediante los siete principios del hombre y los siete prinicipios del universo.
Concluímos nuestro estudio sobre el hombre mostrando su constitución según el Tarot, el cual demuestra que su cuerpo viene del universo, su alma del plano astral y su espíritu de Dios.