Para Giuseppe Cambareri.
La ley de Dios es la armonía. La ley del hombre, ponerse a tono conscientemente con la armonía del universo, venciendo en su naturaleza todo lo que es inarmónico… ésta o muy similar afirmación, escribe Hartman en uno de sus opúsculos sin que la chispa prenda en las almas inquisitivas… ¿por qué, lector hermano?